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Huertos urbanos en tiempos de crisis
¿Por qué unos huertos creados en tiempos de guerra podrían funcionar hoy en día?

Meritxell Puente

Ingeniera técnica agrícola. Docente y divulgadora. Educación y reflexiones para elegir el camino hacia una vida sostenible.

Me apetece mucho hablar de los “Victory garden” porque  estos huertos urbanos que nacieron en tiempos de crisis pueden ayudarnos mucho hoy en día.

Cuando descubrí por primera vez la historia de los “Victory garden” se me abrieron los ojos de par en par y es que a veces hay que mirar al pasado para encontrar caminos ya empedrados por los que caminar.

¿Qué fueron los “Victory garden”?

Fueron huertos urbanos que se plantaron en las zonas rurales y en las ciudades para abastecer de alimentos a la población durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial en países como Canadá, Reino Unido, Estados Unidos e incluso Australia.

huertos urbanos en la Primera Guerra Mundial

Tuvieron tanta importancia que en Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial, se impulsó un programa nacional de jardines escolares financiado con el dinero del Departamento de Guerra.

Puedes imaginar que en medio de una guerra, impulsar un proyecto de agricultura en las escuelas en lugar de comprar bombas, por ejemplo, es un acto poco común.

Estos huertos se empezaron a llamar jardines de guerra o jardines de alimentos para la defensa. Con estas iniciativas se formó a una gran cantidad de personas en temas de horticultura y agricultura.

Segunda Guerra Mundial y los huertos urbanos

Cuando más tarde estalló la Segunda Guerra Mundial empezó a ser difícil encontrar productos frescos debido a la escasez de mano de obra y de transporte que dificultaron tanto las cosechas como la distribución de las frutas y verduras en los mercados.

En ese momento el gobierno de Estados Unidos  se dirigió a la población para alentarles a plantar aquellos huertos que ya habían funcionado en la primera guerra.  Esta vez gracias de las nuevas estrategias de publicidad y para alentar el patriotismo los llamaron jardines de la victoria (Victory garden).

Fue durante esta guerra cuando los “Victory garden” vivieron su mayor esplendor. La gente empezó a plantar en cualquier lado y los Victory Gardens tenían todas las formas y tamaños. En la foto puedes ver un Victory garden cultivado en el cráter de una bomba durante la Segunda Guerra Mundial.

La formación previa de la población surgió efecto y la agricultura volvió a emerger en cualquier rincón de las ciudades: en bancales, tejados, parterres, etc.

Además del cultivo, se alentó a los propietarios a tener gallinas en sus patios con el fin de recolectar huevos, los campos deportivos e incluso los campos de golf se requisaron para la agricultura y para el cultivo de hortalizas.

En Inglaterra incluso se crearon los “Comités de hierbas del condado” en los que se reunían vecinos para recolectar hierbas medicinales en los bosques cuando los medicamentos escasearon.

¿Qué consiguieron los “Victory garden”?

Como datos abrumadores, en 1943  aproximadamente tres quintas partes de los estadounidenses estaban practicando la horticultura y se calcula que casi el 40% de la fruta fresca y verduras que se consumía se cultivaba en jardines de escuelas,  domicilios particulares y huertos comunitarios.

No solo eso, a través de las revistas para mujeres se empezó a divulgar cómo cultivar y conservar las verduras.

De esta manera se animó a las familias  a hacer sus propias conservas para guardar las conservas comerciales para las tropas. En el cartel puedes ver uno de ésos mensajes.

De hecho, en 1943 las familias estadounidenses compraron 315.000 ollas a presión para hacer conservas cuando el año anterior habían comprado 66.000.

¿Por qué son una inspiración?

Fueron  tiempos de guerra pero para mí los “Victory garden” son un ejemplo de organización social, de generación de estrategias alimentarias y de educación para la soberanía alimentaria.

Con la ayuda de una batería de publicidad y bajo lemas tan actuales como “EAT REAL FOOD” o “GROW IT YOURSELF”, no solo se apelaba al patriotismo sino qué se destacaban las ventajas nutricionales de comer alimentos frescos y los beneficios en la salud física que implicaba el trabajo la tierra.

Todo esto además con el soporte de formadores itinerantes  para asesorar a las familias y comunidades.

cómo aprender de éstos huertos urbanos en tiempos de crisis

Para mí son toda una inspiración en los tiempos que corren. Actualmente no conozco ninguna estrategia gubernamental que promueva la soberanía alimentaria, el consumo de alimentos frescos procedentes de la comunidad o del autocultivo y mucho menos que promueva los beneficios del trabajo físico y al aire libre en la salud.

Es importante revisar casos históricos de éxito como éste, más cuando nos acercamos inevitablemente a un encarecimiento del precio de los transportes debido a la escasez de combustibles fósiles.

Tampoco hay que olvidar que la autoproducción de alimentos nos aporta beneficios nutricionales, cultura, crea lazos entre comunidades a través del intercambio y es una estrategia revolucionaria para luchar contra el capitalismo.

Hacer una revisión histórica de lo que fueron los “Victory garden” me despierta cierto empoderamiento ya que cuando una cosa ha pasado o está pasando deja de ser una utopía.

Hoy en día iniciativas como la del “gangsta gardener” Ron Finley (del que seguro hablaré otro día) toman el relevo ideológico y de acción de lo que en su día fueron los “Victory garden”.  Quizá la única diferencia es que, en estos tiempos, los movimientos tienen que surgir de los ciudadanos ya que está claro que los gobiernos no están por la labor

Gracias por leerme, para mí es muy importante saber que hay personas detrás de la pantalla a la que esto le puede resultar útil.

Soy una eterna aprendiz así que si conoces alguna otra  iniciativa de horticultura comunitaria inspiradora, me encantaría que me la dejaras en los comentarios para poder echarle un ojo. 😉

¡Salud y sostenibilidad!

Fuentes

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4 Comentarios

  1. Sonia

    Muy chulo el artículo Meri. Esta claro que habrá que ponerse manos a la obra, o mejor dicho ma os al huerto.
    Un abrazo

    Responder
  2. María

    Gracias por compartir!! Te animo encarecidamente a seguir con este blog, te he descubierto hoy mismo y llevo sólo dos artículos leídos, pero la verdad es que no sé cuál de los 2 me ha resultado más interesante. Se habla mucho de sostenibilidad hoy en día, pero tu visión me parece muy fresca y aportas mucha luz. De nuevo gracias!!!

    Responder
    • Meritxell Puente

      Gracias a ti!!! Con comentarios como éste no puedo hacer otra cosa que seguir!!!! Gracias!!!!

      Responder

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