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¿qué es el consumo responsable?
que es consumo responsable

Meritxell Puente

Ingeniera técnica agrícola. Docente y divulgadora. Educación y reflexiones para elegir el camino hacia una vida sostenible.

¿El consumo responsable es solo un cambio de hábitos individuales? ¿Tiene realmente importancia global o social? Para mí la respuesta es clara:  sí.

Aquí tengo que aclarar lo que yo considero un cambio de hábitos individuales y sobre lo que es el consumo responsable, ¡vamos!

Cuando hablo de cambio de hábitos no me refiero a acciones como separar residuos “correctamente”, cerrar el grifo cuando te lavas los dientes o ir al supermercado con una bolsa propia. 

Entiendo que estos gestos ya están superados, que hemos entrado de lleno en el siglo XXI.

Me refiero a cambiar nuestro paradigma como consumidores, a los cambios de hábitos individuales que nos empoderan.

Desde esta perspectiva de empoderamiento y huyendo del ecoconsumismo irreflexivo, para mi existen tres momentos en el consumo responsable:

  1. Tomo conciencia de que comprar no es un acto inocente.
  2. Me convierto en un agente activo y consciente, tomo el control de mis actos de consumo.
  3. Actúo convencida de estar haciendo un acto ideológico que define el mundo en el que quiero vivir.

Pero antes, definamos que es el consumo responsable.

Que es el consumo responsable

Las decisiones de compra no están únicamente relacionadas con el lugar donde compramos o con el producto en si. La compra responsable tiene mucho que ver con la misma decisión de comprar.

Consumir no siempre es comprar y hay que tener claro que comprar no es un acto inocente.

Decidir si necesitamos lo que vamos a comprar o valorar el intercambio o el alquiler antes de la compra también son decisiones de consumo. Observar cómo nos relacionamos con el dinero también es importante porque cada vez que lo usamos afecta al planeta, para bien o para mal. 

Así pues el consumo responsable, al menos para mi, es un acto consciente y crítico en el que tomamos una decisión, sea de compra o no.

Para que sirve el consumo responsable

En primer lugar, el consumo responsable nos permite tomar el control de nuestros actos de consumo. Los cambios de hábitos individuales, por pequeños que sean, nos empoderan.

En el momento en que yo misma me responsabilizo y tomo el control de mi consumo estoy convirtiéndome en un sujeto activo.

Como consumidores es importante que dejemos de sentirnos como un producto u objeto sin voluntad que “compra lo que hay” aunque no sea lo mejor.

Dejar de consumir productos sin ética, por ejemplo, hace que las empresas se planteen otra oferta de productos. 

En segundo lugar porqué con nuestro consumo colaboramos en la creación de un mundo mejor.

Si tenemos en cuenta que vivimos en una sociedad de hiperconsumo, comprar es en sí un acto político y la forma en la que consumimos decide qué planeta y sociedad queremos.

Si los consumidores fuéramos conscientes del poder que tenemos sobre las grandes corporaciones con el solo acto de consumir, compraríamos con la certeza de que es un acto ideológico.

Ejemplos de consumo responsable en casa

Desde mi punto de vista es prácticamente imposible ser 100% coherente con nuestros actos de consumo. Incluso, si intentamos buscar la perfección nos puede llegar a bloquear.

En cambio, si poco a poco vamos tomando cada vez más decisiones de consumo alineadas con nuestros valores, iremos transformando nuestro día a día.

Así, el consumo consciente será una fuente de satisfacción personal.

Pero, ¿cómo puedes llevar el consumo responsable a la práctica en tu hogar? Pues para que te sirva de inspiración te dejo un listado de 10 cosas por las que puedes empezar:

  1. Aprende a cocinar. Saber cocinar hará que dejes de consumir productos elaborados y que consumas más comida de verdad.
  2. Busca una compañía eléctrica que te suministre energía 100% renovable.
  3. Busca un banco ético para tener tu dinero. El resto de los bancos invierten tu dinero en cosas que no son precisamente muy éticas.
  4. Deja de comprar fast fashion. Empieza a intercambiar o a comprar de segunda mano.
  5. Busca un agricultor o una cooperativa cerca de tu casa al que comprarle las verduras. Y si no puedes montarte un huerto.
  6. Reduce tu consumo de carne. Cuando la compres busca a un buen ganadero que cuide a sus animales y a su entorno con amor.
  7. Busca una red de intercambio cerca de ti. Existen bancos de tiempo, redes para intercambiar objetos que ya no usas, libros, cosas de niños que se han usado poco, etc.
  8. Repara todo lo que se pueda reparar. Sí, lo más probable es que puedes repararlo casi todo, todavía hay cosas sin obsolescencia programada.
  9. Escribe a las marcas para decirles lo que te gustaría que ofrecieran. Sí, funciona y te suelen responder. Si quieres que alguien te venda la leche en botella de vidrio y no de plástico, díselo.
  10. Lee y aprende constantemente pero sobretodo lee las etiquetas de lo que compres, allí es donde dice de que lugar vienen.

Por cierto, si crees que me he dejado alguna importante, ¡déjame un comentario y la incorporo!

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