En casa de mis abuelos siempre ha habido huerto. Cuando eres niña y creces con un huerto te das cuenta de que las verduras y las frutas no son todas iguales, aunque vengan de la misma mata.
Recuerdo que mi abuela tenía la costumbre de exponer en la encimera de la cocina las verduras y frutas especiales. Cuando llegaba me llevaba a la cocina y me enseñaba la berenjena con cara de enfadada, el tomate con nariz o la patata en forma de corazón.
Esas hortalizas que compartían escenario de mármol, se habían librado, al menos por unos días, de ser comidas.
Para mí nunca fueron verduras feas si no especiales, mucho más bonitas que las demás. Si hubiera existido Instagram estoy segura que todas hubieran tenido sus dos minutos de fama.
Pero, ¿cuántas verduras especiales encuentras ahora en las fruterías? ¿Por qué las verduras feas no salen en Instagram?
¿Qué son las verduras feas?
Aunque no me gusta llamar feas a las verduras ni a las frutas podríamos decir que son todas las que no encuentras en un supermercado.
Eso significa que no han superado el casting para ser una pieza comercializable. De hecho podríamos decir que una verdura fea es la que:
- Es demasiado grande o demasiado pequeña
- Tiene algunas manchas o coloraciones no uniformes
- Tiene irregularidades o protuberancias (adiós a los tomates con nariz)
- No son suficientemente “rectos” (pasa bastante con los puerros)
- Tienen algún arañazo o agujero (aunque sea superficial)
- Son asimétricas (¿crees que todas las manzanas se aguantan de pie?)
- Todavía le falta un poco para madurar (¡hola frutas tropicales!)
Ninguna fruta o verdura que tenga alguno de estos “defectillos” llegará a los supermercados ni probablemente a las fruterías.

Todas estas frutas, verduras y hortalizas pasan a ser un desecho en el mismo momento de la cosecha. De hecho pasan a ser compost por falta de canales de comercialización (los agricultores no tienen a quién venderselas) aunque sean alimentos.
¿Cuál es el precio de las verduras feas?
Cuando me refiero al precio de las verduras feas, no me refiero a lo que valen cuando las compramos (si podemos hacerlo) sino al precio que tienen para el planeta.
Las cifras oficiales dicen que en la Unión Europea, entre 30% y un 50% de los alimentos comestibles no llegan a ser consumidos.
Eso quiere decir que se usan recursos (tierra, agua, energía, etc) para producir alimentos que nunca van a llegar a ser comidos. En algunos casos más del 50% de las cosechas.
¿Imaginas el coste ecológico de esto?
Si te gustan las cifras, tengo que decirte que no acaba aquí la cosa, según la FAO el desperdicio de alimentos genera éste impacto sobre el medio ambiente en el mundo:
- El 28% de la superficie agrícola del mundo (1,4 millones de hectáreas) se usan anualmente para producir alimentos que se pierden o desperdician.
- El volumen total de agua que se utiliza cada año para producir los alimentos que se pierden o desperdician alcanza los 250 km3.
- La huella de carbono para la producción de los alimentos que se desperdician se estima en 3.300 millones de toneladas de equivalente de CO2 de gases de efecto invernadero liberados a la atmósfera por año.
Y si lo vemos gráficamente, ¿qué le supone al medioambiente el desperdicio de alimentos?

Si miramos el caso concreto de España, en el informe “Las pérdidas y el desperdicio alimentario generado por la producción agrícola de alimentos en España” del MAGRAMA en 2014 (no hay uno más actual que haga referencia a la agricultura) diferencian el desperdicio alimentario así:
- Pérdidas: % de la producción se pierde por falta de eficiencia, como p.ej. las condiciones climáticas o plagas.
- Desperdicio potencial: % de la producción que, por diversas causas, se descarta de forma voluntaria.
- Desperdicio evitado: producto que se valoriza, y acaba en los hogares tras un proceso de transformación (reutilización), o destinada a otros usos (reciclado) como p.ej. Alimentación animal o compostaje.
- Desperdicio: parte que no se puede recuperar
Cuando nosotros hablamos de las verduras feas, que no llegan a nuestra mesa nos referimos al desperdicio potencial. Pero si tenemos en cuenta que muchas de estas verduras feas no llegan tampoco a venderse por haber estado afectadas (aunque sea mínimamente) por plagas, también hay que incluir parte de las pérdidas.
Para que te hagas una idea, en el gráfico se puede ver cómo sólo el 70,6% del alimento producido llega a ser consumido por nosotros:

Pero no todo son datos nefastos, por suerte hay muchas personas con iniciativas increíbles que luchan cada día para revertir esos datos.
La revolución de las verduras feas
El desperdicio de alimentos no es solo una cuestión medioambiental, es también una cuestión ética. Me gustaría presentarte a algunas personas que han iniciado la lucha contra el desperdicio alimentario luchando contra la discriminación de las frutas y verduras feas.
¡Espero que si después de leer esto estás pensando en darle una vuelta a tu carro de la compra cuentes con ellas!
Espigoladors
La Fundació Espigoladors es una organización sin ánimo de lucro que lucha contra las pérdidas y despilfarro alimentario a la vez que empodera a personas en riesgo de exclusión social. Trabajan en cuatro grandes áreas:
- Recogida: Recogen frutas y verduras que el mercado no acepta mediante espigamentos con la ayuda de personas voluntarias.
- Donación: Canalizan la mayor parte de las frutas y verduras recogidas a entidades sociales para que lleguen a personas que no pueden acceder a ellas.
- Transformación: Transforman el resto de alimentos recuperados en conservas, dando trabajo a personas en situación de riesgo de exclusión social.
- Sensibilización: Están creando un movimiento ciudadano a través de la sensibilización y educación, promoviendo un cambio de conciencia social hacia una cultura del aprovechamiento de los alimentos.
TALKUAL
TALKUAL (antes conocido como Imperfectus) tiene la misión de eliminar el derroche y construir un sistema alimentario mejor para todo el mundo.
Una de sus características es que ofrecen productos procedentes de pequeños agricultores, por eso siempre son de temporada.
Ofrecen cajas de fruta y verdura imperfecta pero deliciosas, a precios similares o inferiores a las fruterías y supermercados, llevadas directamente a tu casa.
Además no utilizan plásticos para envasar la fruta y verdura y las cajas con las que se reparten son sostenibles y biodegradables.
¡Espero que con empresas como estas empiece la revolución y que por fin las verduras feas salgan en Instagram!
¡Si conoces alguna empresa más déjela en comentarios que la añado!
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